Finalizada en 1924, esta vanguardista obra de la ingeniería hidráulica y estructural de la época pudo haber sido el buque insignia de las infraestructuras de la Serranía de Ronda, además de la mayor presa abovedada de Europa tras su culminación. Sin embargo, la naturaleza impuso su criterio y esta obra faraónica quedó como un mero testigo de la lucha, en este caso infructuosa, del hombre contra la naturaleza.

La Presa de Montejaque, también conocida como Presa del Hundidero y Presa de los Caballeros, fue concebida como un gran proyecto hidrológico dentro de una España que trataba de acabar con su déficit de producción eléctrica. Con su construcción, llevada a cabo por la empresa Hidroeléctrica del Guadiaro, la Compañía Sevillana de Electricidad, promotora y propietaria, pretendía el aprovechamiento hidroeléctrico del río Campobuche, también llamado Guaduares, completando así la producción de energía en la cuenca del río Guadiaro, iniciada con la instalación en este río de las turbinas de Las Buitreras y El Corchado.


Imágenes tomadas de Google Maps
Los estudios preliminares a su ejecución dieron comienzo en 1917, la obra se concluyó en 1924 y el proyecto terminó abandonándose definitivamente en 1947, tras numerosos intentos fallidos de retener y embalsar las aguas. El proyecto de la presa fue encargado a la empresa suiza Electrowat, siendo nombrado jefe de la obra un ingeniero llamado H. E. Gruner. En la construcción de la presa, todo un hito de la ingeniería de la época, intervinieron, además de las españolas citadas, empresas suizas, suecas, alemanas y portuguesas, y en su día estuvo destinada a convertirse en la más grande de Europa de su tipología. Para ello se emplearon técnicas vanguardistas de construcción y de impermeabilización, nuevos materiales y cálculos matemáticos pioneros y muy complejos, esto último teniendo que todo se hacía a mano y no existían los potentes programas informáticos actuales para el cálculo de estructuras.
Desde el inicio de las obras en mayo de 1923, trabajaron en el lugar cientos de obreros de diferentes categorías y especialidades profesionales en tres turnos diarios de 8 horas, sin días de descanso, lo que supuso en cierto modo el relanzamiento de la economía de municipios cercanos como Montejaque, Benaoján y Ronda. Este intenso ritmo en los trabajos permitió alcanzar la coronación de la presa en el mes de marzo del año 1924. Semejante construcción llevó emparejada la movilización de una enorme cantidad de medios humanos y materiales, lo cual implicó la realización de varias obras auxiliares, tales como la apertura de carreteras hasta las estaciones del ferrocarril Bobadilla-Algeciras y la construcción de un pequeño embalse, conocido como El Pantanillo (Pantano Chico) construido en el cauce del Arroyo del Cupil, para suministrar el agua necesaria para la obra y para los trabajadores.





Lo más notable de esta colosal obra de ingeniería es su tipología, denominada bóveda-cúpula por gravedad, con paramentos de doble curvatura, tanto en el sentido horizontal como en el vertical y por tanto semejan la forma de bóveda con la concavidad del lado de aguas arriba del río. Con una altura 83,75 m desde los cimientos a la coronación, fue la primera presa de este tipo construida en Europa. He aquí algunos datos interesantes acerca de esta maravillosa estructura y de su embalse:
Coordenadas: 36°45’13.1″N 5°14’23.2″W
Río de ubicación: Campobuche
Superficie de la cuenca hidrográfica: 44 km2
Aportación media anual: 25 hm3
Precipitación media anual: 1.400 mm
Cota del cauce en la presa: 620 msnm
Longitud de coronación: 84 m
Cota coronación: 693,50 msnm
Cota cimentación: 609,750 msnm
Altura desde cimientos: 83,75 m
Ancho de coronación: 3 m
Espesor sobre cimientos: 17,18 m
Volumen del cuerpo presa: 2.800 m3
Superficie del embalse a Nivel Máximo Normal (NMN): 178 ha
Capacidad a NMN: 36 hm3
Número total de aliviaderos en la presa: 1
Tipología de aliviadero: Labio fijo
Capacidad aliviadero: 320 m3/s
En la actualidad, y pese a la implacable acción ocultadora de naturaleza, que todo lo mimetiza en su frondoso abrazo, aún pueden observarse, e incluso analizarse con cierto detalle, el aliviadero y algunos muros de las casas utilizadas como oficinas y las previstas para el funcionamiento del complejo hidroeléctrico, además de las escalas limnimétricas para medir la altura de la lámina de agua en el embalse.












Dicen que un vecino del pueblo sentenció: «El agua que embalse la presa que quieren construir aquí me la bebo yo en un día». Y esta afirmación, poco menos que profética, demostró ser casi una certeza absoluta y no una exageración. Pero ¿qué pasó realmente? ¿por qué tan magna empresa fracasó, quedando para la posteridad como un claro ejemplo de la derrota del hombre frente a la naturaleza? Para entender el problema, hay que remontarse a los años previos a la construcción en sí, cuando se realizaron unos estudios geológicos en la zona que suscitaron, pese a haberse demostrado posteriormente que estaban incompletos, fundadas dudas acerca de la viabilidad del pantano en un terreno kárstico y, por ende, lleno de grietas, fisuras y galerías por las que podía circular el agua libremente, formando corrientes subterráneas e incluso acuíferos bajo la superficie terrestre. Tras un periodo de precipitaciones, el embalse se llenaba y la presa hacía su función contrarrestando el empuje de la gigantesca masa de agua. Sin embargo, pasados los días, las aguas del rio desaparecían filtrándose por el terreno. Y es que, en España, solo existen dos ríos de corriente subterránea, el que abastece al pantano de Montejaque, en un tramo de unos cinco kilómetros, y el Guadiana.

Tras numerosos estudios, llevados a cabo por los mejores especialistas del momento, se concluyó que casi toda el agua embalsada se iba por sumideros que conectaban con la cercana cueva del Hundidero y que, además, la cueva del Hundidero y la cueva del Gato se comunicaban bajo tierra, unidas por las aguas del río Campobuche, que, soterrado, llevaba todo lo embalsado temporalmente por la presa hasta el Guadiaro. Para averiguar esto, se precisó de la minuciosa exploración de la galería subterránea, empleándose para ello dos grupos de obreros que, entrando cada uno de ellos por sendas cuevas, se encontraron en mitad del enorme y áspero corredor, tras casi un mes de trabajos construyendo puentes, pasarelas, escalas, cruzando más de 20 lagos de agua helada, salvando desniveles de vértigo, explorando numerosas galerías sin salida… para acabar recorriendo los aproximadamente 4 kilómetros que mide la galería principal que comunica Hundidero con Gato. Entonces decidieron adentrarse en la gruta para remediar el problema sellando e impermeabilizando las grietas y cavidades por las que filtraba el agua, trabajos que se llevaron a cabo entre 1929 y el inicio de la Guerra Civil, pero todos los esfuerzos realizados fueron en vano, ya que, aunque lograron sellar numerosos sifones e incluso galerías enteras, el agua buscaba -y encontraba- nuevos caminos para salir dentro de la cueva. Para colmo, cuando los avances fueron importantes y se redujeron mucho las pérdidas del pantano, se produjo un terremoto derivado de la enorme presión del agua acumulada. A pesar de ese incidente y tras la Guerra Civil, la compañía siguió adelante con los trabajos hasta que en 1945 el proyecto se consideró oficialmente inviable y finalmente abandonado.



Hoy, casi un siglo más tarde, la Presa de Montejaque, inservible, queda como vestigio de un fiasco histórico pese a los titánicos esfuerzos que se emplearon sin reserva, pero también de una portentosa obra de ingeniería hidráulica en lo que respecta al enorme muro abovedado, camuflado en un soberbio, majestuoso y agreste paisaje calizo que forma parte del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, a poco más de cinco minutos en coche desde el casco urbano de Montejaque. Desde el abandono del proyecto, varias han sido las veces en las que se ha observado una gran crecida del nivel de agua en el embalse, llegando casi a la coronación de la presa y muy cercano al nivel de los aliviaderos, aunque estos nunca han llegado a entrar en servicio.

Pero no todo está perdido para esta espléndida construcción, ya que, como recoge este artículo del Diario Sur, el Ayuntamiento de Montejaque encara el proyecto más ambicioso de su historia con el fin de dinamizar la economía local, luchar contra la despoblación y recuperar su patrimonio cultural y etnográfico. En un estudio que comenzó hace más de diez años, el Consistorio encara por fin la restauración ecológica, mejora ambiental, uso público y puesta en valor de la zona denominada Embalse o Pantano de Montejaque y su área de influencia, en un intento de emular al archiconocido Caminito del Rey mediante la construcción de una pasarela que permitirá cruzar el macizo, un puente colgante y dos vías ferratas en la garganta de Hundidero.
Por fortuna, la presa ha resistido impasible el paso de los años y en la actualidad es un punto de atracción para los aficionados al senderismo y a la naturaleza salvaje, ofreciendo una suerte de balcón-mirador en torno al cual se abren unos paisajes francamente brutales. En mi caso concreto, además de ser un gran amante de los espacios naturales y del turismo rural y de haber disfrutado la visita como tal, fue para mí una experiencia absolutamente excepcional debido a que admiré aquella construcción con los ojos de un ingeniero, conociendo de antemano la problemática que impidió a la presa entrar en funcionamiento e intentando ponerme en el lugar de aquellos técnicos que aportaron todo su esfuerzo y buen hacer para, finalmente, retirarse derrotados e impotentes ante el poder inexpugnable de la Madre Naturaleza. Ahora, casi cien años después, permanece erguida y orgullosa, en paz con el entorno que la abraza y sorprendiendo por su grandeza a los visitantes que tienen la fortuna de poder deleitarse con su solemne y magnífica presencia.
Para la redacción de este artículo me he apoyado principalmente en mis conocimientos previos acerca del tema, en la experiencia adquirida durante la visita y en mi propio material fotográfico, aunque para documentar la historia del lugar y profundizar en los hechos y características más singulares he tenido que buscar apoyo externo. Y ese apoyo lo he obtenido de varias páginas web que contienen valiosa información histórica y técnica. Aquí los enlaces:
- Andalucía Rústica
andaluciarustica.com/presa_de_montejaque
- Sociedad Española de Presas y Embalses (SEPREM)
- Complejo Hundidero-Gato
hundidero-gato.es/el-documental
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Hola Jesús,
Tu artículo ha sido muy enriquecedor. Da pena saber que tanto esfuerzo no sirvió para su fin, pero me alegro de que al menos puedan crear accesos que faciliten el turismo en la zona. Por las imágenes el sitio es espectacular con unas grandes vistas.
Que pases un buen día. Un saludo 🙋🏻♀️😊
Hola María,
Muchas gracias por leerme y por tus amables comentarios. Es un placer para mí verte por aquí. Por cierto, me gustaría verte de nuevo por mi nueva cuenta de Instagram, @jesus.garcia.83, ya sabes que solo me rodeo de gente interesante 😉
Gracias de nuevo y estamos en contacto, 🙏🏻🙋🏼♂️🤗