[…] al lustroso esplendor de tu mirada
siempre mi potestad subordinada.
Fragmento de la octava real «Sencillamente tú»

Vetusta
Décima por Jesús García Jiménez
Por el tiempo yo quisiera,
en brazos de la memoria,
ser testigo de la historia
y alivio de quien sufriera
sus tormentos dondequiera.
En aquella vida infausta
de mentalidad adusta,
titilantes cual estrella
portáis la esencia de aquella
Andalucía vetusta.

Padre Olivo
Romance por Jesús García Jiménez
Sempiterno rey de reyes,
símbolo de agrestes campos
en el mediterráneo,
por su fruto coronado
ilustre señor de Atenas
y baluarte de romanos,
epílogo del diluvio
en los Escritos Sagrados.
Tronca vieja y retorcida
que se eleva en el sembrado,
aureolada de verde
en su ramaje enredado,
recoge la savia madre
y lo brinda transformado
en la grácil aceituna
y su líquido anhelado.
Olivares majestuosos,
elegantes y ordenados,
testimonios de la historia
a los hechos resignados,
orgullosos y pacientes
en su lecho sosegados,
de su fruto milenario
oro líquido brotado.
Concurrida es la campaña
que en otoño ha comenzado,
la Madre Naturaleza
brinda el jugo deseado
a cambio del noble sudor
que las tierras ha regado,
sustento y vida que muchos
en el campo se han forjado.
Su silueta resplandece
en las luces del ocaso,
discreto y silente olivo
bajo el cielo acurrucado,
aguarda manso la noche
y con ella el blanco abrazo
de su eterna amante Luna
en el tapiz estrellado.

Sencillamente tú
Octava real por Jesús García Jiménez
Sencillamente tú, encantadora,
despojada del penitente armazón
tu piel rosácea como la aurora;
tu libre albedrío y noble corazón
te mudan hermosa y cautivadora
y anulan los principios de mi razón;
al lustroso esplendor de tu mirada
siempre mi potestad subordinada.

Esquela
Octava real por Jesús García Jiménez
Caminando sin rumbo por la orilla
mirando el espejo vivo del cielo,
donde su melena de plata brilla
y cada ola me susurra un anhelo.
El sol le brinda al mar su gargantilla,
cierra el broche con pausado desvelo
y prende solemnemente una vela,
con cuya luz escribo aquesta esquela.

Infinito
Soneto por Jesús García Jiménez
Infinito cual misterioso cielo
ciñendo perpetuo la lejanía,
siluetas que emergen en armonía
y pájaros en presuroso vuelo.
Infinito cual mundo paralelo,
números mágicos en sintonía
e impasibles en su soberanía
visten a la Reina de terciopelo.
Infinito cual necedad humana
germinada en corazón de granito
y nutrida por alma de obsidiana.
Empero lo tangible queda inscrito
y del anhelo de la mente emana
confuso espejismo del infinito.
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